Hace un tiempo publiqué un artículo invitando a brujos y hechiceros a tomárselas conmigo y hacerme algún tipo de «trabajo» o lanzarme alguna maldición. El reciente fallo confirmando el procesamiento a los dueños de Taringa me dió una nueva idea para una invitación similar a la anterior.
Esta propuesta va dirigida a cualquier persona que quiera convertirme en un delincuente. Suena extraño que un tercero, alguien que ni siquiera conozca, sin que yo mueva un dedo ni me entere, pueda hacerme delinquir. Aunque no soy un experto en derecho no creo que tal cosa haya sido posible antes, pero gracias a los avances de la informática e Internet, junto con las resoluciones de la Justicia argentina, ahora es muy simple.