
Me preocupo por los peligros del voto electrónico hace unos 8 años. Como programador, siempre me hizo ruido la idea de emitir el voto usando computadoras en un sistema republicano. Por aquellos tiempos, la discusión no era fácil: los argumentos técnicos son siempre difíciles de explicar, y el «argumento de la modernidad» tenía cierto peso, ya que varios países desarrollados usaban sistemas de este tipo. Hoy he tomado la decisión de dejar de hacerlo.