El día miércoles 27 de octubre (anteayer, bah), mientras luchaba contra una especie de estado gripal con alguna que otra consecuencia hepática, la energía eléctrica se me cortaba cada media hora, Fibertel aportaba otro tanto y en la tele no había otra cosa que lamentos por el fallecimiento del ex presidente Kirchner, esperaba la llegada del censita.
De onda, digo, yo he sido censista en alguna oportunidad y se que es un laburo bastante ingrato a veces, así que hasta tenía la cafetera lista para recibir al encuestador (con la esperanza obvia de que fuera encuestadora y todo lo demás). El asunto es que no llegó. O su llegada coincidió con algunos de mis lapsos de sueño, o con la falta de energía eléctrica, o ambas cosas. Así fue que al otro día, jueves, decidí llamar por teléfono al número habilitado para los «incensados» como yo: 0800-999-23676 (CENSO).