Todos los días se aprende algo viejo
Quienes me conocen saben que no soy de celebrar con especial entusiasmo este tipo de fechas (ni cumpleaños, ni cosa por el estilo). Pero bueno… uno se va poniendo viejo y bol^H^H^H cambia un poco.
Además de desearles un buen año, quisiera sobre todo agradecer a muchas personas (aunque no todas leerán este blog).
Maxi me pasó la posta (¡y yo ni siquiera estaba mirando!) y bueno… hay que ponerle el pecho a las balas y seguir con el meme.
Por este blog pasa gente que me conoce de distintas formas (o no me conoce en absoluto), así que me es bastante difícil encontrar 5 cosas de alguna manera interesantes que listar. Aquí va mi mejor intento.
Las palabras no tienen «sexo» sino «género«. Al menos eso aprendí de chiquito en la escuela. Pero algo parece haber cambiado, ahora parece ser que el género de las palabras denota el sexo de los objetos que estas denominan; y esto, claro está, va a contramano de la nueva corriente de «igualdad por la fuerza«.
Así es que nos encontramos por todas partes con «presidentes» y «presidentas«, «concejales» y «concejalas«. A nadie parece molestarle, por ejemplo, que la palabra «persona» tenga género femenino. Al menos por ahora…
Finalmente, después de una larga espera, me mudé a mi nuevo departamento. Esta es la principal razón por la falta de artículos en este blog por estos días.
Y sí, aunque todavía no termino de acomodarme, estoy más que feliz. Así que ya saben: todo amigo o conocido está invitado a darse una vuelta por Fotheringham 65, tocar el portero de la Planta Baja «B» (actualmente figura el nombre de dos señoritas, pero supongo que ya lo cambiaré) y pasar a tomar unos mates, café o quizás unas cervezas (para esto último nada mejor que tomar la iniciativa y traer algunas).
Obligado, un primer artículo para inaugurar el blog.
Tanto a modo de bienvenida, como de prueba… ¡Hola, mundo!