Todos los votos son iguales (pero algunos son más iguales que otros)

A pesar de que en los últimos días no se han reunido las comisiones de diputados para tratar la reforma electoral argentina, conversaciones y negociaciones realizadas en privado han cambiado un aspecto del proyecto de ley: se propone ahora una implementación gradual del sistema de voto electrónico denominado «boleta electrónica» (antes, «boleta única electrónica«).

Rebelión en la granja

¿Qué significa esto? Que si el proyecto es aprobado en su estado actual, en 2017 una parte de los argentinos elegirá a sus representantes usando boleta electrónica, en tanto que otra (quizás la mayoría) lo hará usando el denostado sistema actual de boleta partidaria.

A continuación podemos escuchar al diputado Pablo Tonelli (PRO), presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales, explicando la decisión que se ha tomado:

Según Tonelli, la propuesta es que en las elecciones de 2017 se aplique el sistema de boleta electrónica en al menos el 30% de los distritos (y como máximo, en el 50%), usándose la boleta partidaria en los restantes. Pero, ¿qué dice respecto de estos sistemas la fundamentación del proyecto del ley enviado al Congreso por el Poder Ejecutivo?

En primer lugar, se propone el reemplazo del instrumento de votación para pasar de las boletas múltiples partidarias a la boleta electrónica.

[…]

El sistema de boletas múltiples por partido afecta dos principios centrales de los procesos electorales. Por un lado, la práctica recurrente y en muchos casos extendida de la sustracción de boletas obstruye el derecho de los electores a optar por su preferencia electoral, al mismo tiempo que violenta el derecho a ser elegido de los candidatos cuyas boletas dejan de estar a disposición de los votantes. Por otro lado, tampoco asegura adecuadamente el derecho a votar en libertad, ya que la posibilidad de identificar la boleta utilizada vulnera el secreto, da lugar a la utilización con fines clientelares de la boleta electoral y supone muchas veces la coacción sobre el elector.

Así es que, según los fundamentos que con los que el propio Poder Ejecutivo respalda la introducción de este nuevo sistema de votación, en las elecciones nacionales de 2017 algunos argentinos no verán obstruido su derecho a optar por su preferencia electoral, no les será violentado su derecho a ser elegidos y les será asegurado su derecho a votar en libertad. Pero serán sólo aquellos que tengan la suerte de votar en los distritos elegidos por el Presidente para usar la boleta electrónica.

La Constitución Nacional, en su artículo 37 dice que «el sufragio es universal, igual, secreto y obligatorio«, en tanto que en su artículo 77 puede leerse que «los proyectos de ley que modifiquen el régimen electoral y de partidos políticos deberán ser aprobados por mayoría absoluta del total de los miembros de las Cámaras«. Pero por alguna razón que el diputado Tonelli todavía no ha explicado, nuestros legisladores quizá decidan que el voto no sea igual para todos, y que la decisión de cómo votará cada persona la tome el Poder Ejecutivo.

Y esta situación se mantiene aún para quienes pensamos que, aunque tenga varios problemas y deba ser reemplazado por la boleta única, el sistema de boleta partidaria ofrece mayores garantías al votante que la boleta electrónica o cualquier otro sistema de voto electrónico existente en la actualidad. Así que, ya sea que tomemos por válida la fundamentación del Gobierno o la de quienes somos críticos de la propuesta, está claro que en las próximas elecciones habrá votos más iguales que otros. Y nadie en la granja parece alborotarse demasiado.

Adenda

La Dra. Delia Ferreira Rubio ha escrito un excelente análisis de las inconstitucionalidades de esta iniciativa.

Adenda 2

Según una nota del 18 de septiembre de 2016, el oficialismo retomó la idea de la implementación del voto electrónico en el 100% del país.

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