No conformes con los enormes dividendos que genera la televisión en la Argentina (a pesar de su pésima calidad), la ATA (Asociación de Teleradiodifusoras Argentinas) quiere hacernos pagar a los consumidores (no necesariamente sus clientes) el costo de migrar a la nueva tecnología digital.
Según leo en el diario Clarin (y antes vi en un programa informativo de un canal televisivo perteneciente al mismo medio), las empresas de teledifusión se quejan de que no podrán hacer frente al costo de implementar las nuevas tecnologías que requiere la televisión digital. Estos son algunos de sus lamentos:
El cambio tecnológico exige importantes inversiones por parte de los teleradiodifusores privados y públicos, tanto nacionales como provinciales, por lo que el Estado deberá prever un mecanismo de retorno de la inversión basado en la reglamentación de procedimientos que otorguen equidad a la cadena de valor.
Concretamente, solicitan
la creación de un canon que grave la venta de receptores de televisión digital, tanto para la televisión pública como para la privada, que recaiga en los propios fabricantes, importadores y/o cadenas de comercialización.
¡Es realmente insólito! Por si alguien se confunde pensando que son una fundación de caridad, recordemos que se trata de empresas que facturan millones, con márgenes de ganancias impresionantes, mediante la venta de productos (programas) de bajísima calidad y por si esto fuera poco pertenecen a grupos económicos y políticos (el Grupo Clarin, el grupo formado por Vila-Manzano, la cadena de medios de Daniel Hadad, entre otros). Ahora parece que necesitan del gobierno para «recuperar sus inversiones» y de todos nosotros para pagar un impuesto sobre los televisores (los usemos para ver sus canales o no). (A nadie se le ocurra que ese verso de «que recaiga en…» significará que no lo pagaremos los consumidores finales.)
Así es que Ernestina Herrera de Noble, Daniel Hadad y José Luis Manzano (entre otros) quieren seguir robándonos…
Javier:
No va a ser la primera vez, ni la última.
Con Telefónica y Telecom ya les pagamos las centrales nuevas cuando eliminaron los pulsos libres y aumentaron los abonos.
Las rutas y autopistas, igual. Primero empezaron a cobrar y luego a ensanchar o pavimentar.
Jeje, y estos son los que se hacen llamar liberales, no?
Veo que no sólo en España estamos jodidos con los puñeteros cánones…
Aquí Televisión Española (al igual que todas las cadenas autonómicas) es el escaparate publicitario del gobierno de turno, que tiene como pérdidas unos 19.000 euros (no sé la equivalencia en pesos, pero al cambio son unos 22.000 dólares), sin importar que cobran del estado además de sus ingresos publicitarios.
Un «chiste».
– «¿Qué son 1000 políticos en el fondo del mar?»
…
…
…
– Un buen comienzo
Que bueno! Tengo como 1000000000^2 años de perdón!
Y sí… yo trabajo en una empresa de cable que no dará televisión digital. Es todo un gran curro, ya que la imagen puede cambiar, pero la basura que transmitimos (o sea, Tinelli) va a seguir apestando. En Japón pasó lo mismo, pusieron televisión de alta definición, pero los contenidos eran una mi*rda.
Lo peor es que la transmisión digital tiene mucho más ancho de banda que RF, lo que permitiría en igual calidad transmitir muchísimos más canales (multiplexado) y segmentar la audiencia, al estilo YouTube, pero lo que quieren los «genios del marketing» es hacer programas de interés general que sean una bosta y que el público cautivo, ya lobotomizado por la TV de aire, sigan consumiendo.
Let’s turn off our f*cking TV, o hagamos la «Gran Pink» (ver la película «Pink Floyd – The Wall»).
Por que no lo pagan Tineli, Suar, Hadad… y el resto de los nuevos ricos forrados gracias a la TV basura.
Aunque gracias a ellos deje la droga (mirar televisión)
No hay que meter todo en la misma bolsa…
Además del Grupo Clarín, Hadad y Vila-Manzano, hay otro montón de pequeñas empresas licenciatarias de canales de tv en el interior de Argentina que también son parte de ATA.
No defiendo la aplicación de ese canon, pienso en lo difícil que debe ser para los pequeños no terminar vendiendo a los grandes ante el desafío de invertir para el nuevo formato digital.