Desde hace tiempo me llama poderosamente la atención el nivel de intolerancia y susceptibilidad que se hace evidente en varios funcionarios del gobierno nacional. Es ya un lugar común hablar de la estrategia de «crispación» utilizada por Nestor Kirchner, pero esto me parece va un poco más allá (y los actores tienen bastante menos cintura política, tacto e inteligencia que el difunto ex Presidente).
Quienes me conocen saben bien que no tengo ninguna filiación partidaria y, aunque ciertamente no simpatizo para nada con el conservadurismo («derecha«), tengo mis serios reparos respecto de las políticas implementadas por este gobierno, que se dice de «izquierda«. (En realidad, mis mayores reparos son respecto de muchas no implementadas por el mismo).
Pero este artículo no tiene por finalidad discutir políticas del gobierno nacional, sino mostrar un par de ejemplos de la intolerancia extrema (rozando el ridículo) de ciertos funcionarios públicos, puesta de manifiesto sendos diálogos que mantuve con ellos mediante Twitter.